Crónicas parisinas III...

En mi afán de abstenerme de opinar acerca del tan sonado caso Santoy-Peña, del que honestamente han hecho un circo terrible (a un acto terrible, definitivamente) y abstenerme también de entrar en el caldero político que vive el país con las próximas elecciones (quien desee enterarse un poco de eso visite el blog del buen rebelli0n que pa' eso se pinta solo), pues seguiré abstraída en los recuerdos de mi viajecito y contaré un poco lo que pasó en el mismo...

El lunes después del Moulin Rouge nos fuimos al hotel a dormir porque el martes por la mañana saliamos a las 9 hacia el palacio de Versalles... Que cosa tan hermosa, aunque estaba repletísimo de turistas, desde preparatorianos españoles e italianos y un montón (pero montón) de asiáticos irrespetuosos que a pesar que les decían que no usaran el flash, les valía madre y seguían tome y tome fotos... me molesta tanto la gente así, sobre todo porque si te lo piden es porque tiene una razón de ser, finalmente si queremos, como humanidad, seguir disfrutando y presenciando esas joyas históricas de pinturas, frescos y esas cosas, debemos entender que no podemos dañarlas... se llama conciencia y sentido común, pero parece que hay gente que no la tiene... Luego Sophie, que era nuestra guía, se enojó porque aparte un asiático se fue a parar enfrente de ella y le toma una foto, así, sin preguntar ni nada... Creen que por ser turistas tienen derecho a todo y ahí está el problema... So, después de mi enojo por eso, la historia de Versalles es muy padre, lo mejor de todo es que forma parte importante de eventos que, quien tenga un poco de buena memoria, recordará como lecciones escolares... Finalmente es parte del por qué de la Revolución Francesa, del por qué murieron degollados Luis XVI y su mujer, la famosísima María Antonieta, y te da una idea de la opulencia en la que se vivía en la corte en aquellos años...

La recámara de Ma. Antonieta

Jardines de Versalles desde el Salón de los Espejos

Regresamos de Versalles un poco después de la 1:30 de la tarde, luego fuimos al Barrio Latino, nos topamos con las manifestaciones de estudiantes (porque ahí es donde está la Sorbonna) y pues anduvimos caminando por ahí, comimos en un restaurancito por ese lugar, escuchábamos a cada rato las patrullas y veíamos camiones llenos de la "gendarmerie", después caminamos hacia el lado del barrio que da al río Sena y empezamos a entrar a las tienditas de souvenirs a comprar el recuerdito, que todo estaba carísimo, pero bueno, compramos algunas cosas y luego, en una de las tiendas, un amigo andaba terco que quería comprar una Louis Vuitton fake para su hermana, pues finalmente preguntó y le dijeron que eso lo podía encontrar por el barrio por donde está el Moulin Rouge, que resulta ser la zona roja de París, y pues nos dijo que no nos recomendaba ir para allá como turistas, pero como el otro estaba terco, pues ahí vamos, yo estaba que me llevaba madres, pero bueno, en el afán de no discutir y llevar la fiesta en paz, ahí vamos... nos trepamos al metro, el tipo que le dio la info le dijo en que estación nos bajaramos y listo, salimos en una estación enfrente de una tienda que hagan de cuenta que es el equivalente francés de las tiendas "Del Sol" o "Hemsa" o algo así... Se llama Tati... bueno, nos metimos y pues obvio ahí no había, caminamos y caminamos y caminamos y finalmente, después de como 2 horas de rondar por ahí, nos dimos por vencidos, luego nos fuimos al hotel a dejar las compras y nos dispusimos a ir a cenar, queríamos ir al Café de La Paz, el más famoso de París, pero el terco de mi amigo quería ir a la tienda de Louis Vuitton, así que nos fuimos a los Champs Elysees y pues cenamos por ahí en un restaurancito donde la mesera fue la más divertida que nos topamos en todo el viaje, le preguntamos si un corte de carne era sin hueso (en inglés) y pues dijimos bone pero ella no sabía lo que era y decía cosas como "Bond? James Bond?" o "Born? Born to be alive?" o idioteces de ese tipo que nos tenían atacados de la risa...

Finalmente nos fuimos al hotel a dormir porque el taxi para ir al aeropuerto a tomar el vuelo a Praga pasaba por nosotros a las 5 de la mañana... ah! y nos quedamos dormidos!!! Lo bueno es que todos decidimos bañarnos en la noche y dejamos las maletas listas, así que despertamos en menos de 15 minutos salimos a tomar el taxi manejado por un asiático amargado que nos cobró 60 euros y que iba a madres por las avenidas... finalmente llegamos al aeropuerto y ahí nos tomamos un cafecito y tomamos el vuelo a Praga...

Después continuaré con mis aventuras en Praga...